miércoles 19 de enero de 2011
Cultura-Granada
El bulo del magrebí bronceado
La arabista madrileña Gema Martín Muñoz presentó en Granada la nueva edición de su guía didáctica sobre el islam y el mundo árabe para profesores
La arabista Gema Martín Muñoz (Madrid, 1955) presentó ayer en la Fundación Instituto Euroárabe de Educación y Formación de Granada la nueva edición de 'El islam y el mundo árabe. Guía didáctica para profesores y formadores'. Publicada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la guía denuncia las «lagunas» de los manuales escolares españoles en relación a la historia y la cultura árabe e islámica, al mismo tiempo que critica el tratamiento erróneo de algunos temas.
En declaraciones a IDEAL, Gema Martín explicó que, en general, los materiales educativos siguen contemplando Al Andalus como un «accidente» histórico por el que los pobladores árabes «estuvieron aquí, pero no fueron hispanos». Ese periodo de nuestro pasado, la «experiencia de civilización más larga» que ha tenido nunca España, sigue contemplándose en muchos casos «con espíritu de reconquista». Debido a la descentralización del sistema educativo, esa interpretación no es igual en todas las regiones: en Andalucía, matizó, se aprecia más «simpatía y cercanía» hacia esa tradición que nos legó un importantísimo patrimonio material.
En cuanto a la época contemporánea, la directora de Casa Árabe lamentó que, en demasiadas ocasiones, los materiales didácticos no están escritos por expertos y se inspiran en lo que difunden los medios de comunicación, es decir, en «lo noticioso, la violencia y el conflicto», en vez de la normalidad. Se presenta el integrismo religioso o el terrorismo no como una parte del mundo árabe en su diversidad, sino como el todo.
También hay «anécdotas» que son inocuas pero «dan una idea del nivel», como la afirmación de un libro escolar de que «los magrebíes tienen la piel morena porque toman mucho el sol», apunta Martín.
La guía es un instrumento para los docentes, porque ofrece propuestas de cómo tratar determinados temas relacionados con el islam y los países árabes. «Muchos profesores de colegios e institutos se ponen en contacto con nosotros porque tienen una voluntad positiva, pero carecen de materiales con los que trabajar -señaló la profesora de Sociología del Mundo Árabe e Islámico de la Universidad Autónoma de Madrid-. Nuestra responsabilidad no es solo criticar la situación, sino dar respuestas».
Chivos expiatorios
Martín reconoció que el problema se agudiza en época de dificultades económicas. «No es un buen momento: las crisis siempre buscan chivos expiatorios. A los inmigrantes les está afectando muchísimo la crisis: acabamos de hacer un estudio que demuestra que los marroquíes están siendo claramente los más perjudicados por el desempleo -señaló-. En Europa se van reforzando los partidos de extrema derecha que se han especializado en un discurso islamófobo. No debemos permitirlo: da votos pero construye una ciudadanía racista, que es lo peor que le puede pasar a un país. Y Europa lo sabe porque ha tenido experiencias dramáticas».
La especialista subrayó que, desde que se publicó por primera vez a finales de los noventa, la guía se ha hecho más necesaria: «Los contenidos del sistema de enseñanza se van haciendo cada vez más eurocéntricos y cada vez falta más conocimiento sobre otras culturas, justamente en un momento en que España es un país receptor de inmigrantes y hay una gran diversidad entre nuestra ciudadanía».
Ese eurocentrismo educativo, común a otros países de nuestro entorno, lleva a contemplar las culturas clásicas como único origen del Viejo Continente, una visión, a juicio de la arabista, «pobre y timorata». «Europa se ha ido construyendo gracias a las aportaciones de otras culturas: el Renacimiento europeo no habría sido el mismo sin la aportación filosófica, humanística y científica del mundo islámico, transmitida a través de España», recordó.
A su juicio, la creciente presencia de alumnos musulmanes o de origen árabe en la escuela española no representa mayor problema que la de niños procedentes de Polonia o Rumanía: «La adaptación funciona bien en la inmensa mayoría de las escuelas, pero cuando hay un conflicto se sobredimensiona mediáticamente y parece que allí donde hay un niño musulmán o marroquí o árabe hay un problema, y esa no es la realidad».
La experta resta importancia a la controversia sobre el velo en la escuela. «Siempre que el velo no represente marginación para la niña, hay que banalizarlo -aseguró-. Lo realmente importante es que la niña reciba una educación. Expulsarla me parece antidemocrático y una catástrofe para esa niña: queremos que sea una ciudadana formada que pueda elegir su propio futuro libremente. Eso es lo que tenemos que garantizar».
En su opinión, hay que alcanzar el consenso en relación a los símbolos religiosos en la escuela pública: «Si se permiten, puede haber símbolos de todas las religiones y si no, no se permiten a nadie».
Sobre el estudiante gaditano que denunció a un profesor que habló en clase del jamón -el cerdo es un animal impuro para el islam-, dijo desconocer el caso y el contexto en que se produjo, pero afirmó que, de ser así, sería un hecho «extemporáneo y surrealista».
¿Democracia vs. islam?
La arabista, que asesoró a los gobiernos de González y Aznar, se congratuló de la expulsión del dictador Ben Ali en Túnez y confió en que culmine en una auténtica transición democrática. «Túnez ha pasado un mensaje importantísimo: que las sociedades árabes están perfectamente preparadas para llevar a cabo un proceso democrático. Esto rompe el cliché de que los pueblos árabes son incompatibles con la democracia. Lo que hay que hacer es ayudarles». Entonces, ¿por qué hay tan pocos países musulmanes democráticos? «Porque no se han dado las circunstancias políticas. La sociedad española estaba preparada para la democracia y ansiosa por conseguirla, pero había un régimen que no se lo permitía. A nosotros también nos llevó tiempo. No podemos juzgar a las sociedades por sus sistemas políticos».
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